Uno de los proyectos más ambiciosos desarrollados en los últimos años por
la Fuerza Armada Nacional de Venezuela, ha sido el del establecimiento de un
sistema de Defensa Aeroespacial que cubra en su totalidad el territorio
nacional.
Desde 1934, cuando el Ejército venezolano adquirió las primeras piezas
antiaéreas en Francia, las fuerzas armadas venezolanas siempre le han prestado
especial atención a la defensa antiaérea. Estas primeras ametralladoras y
cañones franceses (Hotckhiss de 13,2 mm y Schneider Mle.1930 de 37mm), fueron
reforzadas con material norteamericano durante la Segunda Guerra Mundial
Pero fue a comienzos de los años 50 cuando el Ejército creó su primera
unidad táctica antiaérea a nivel de batallón, la cual fue dotada con los
sempiternos cañones monotubo M1/Bofors de 40 mm. A estos les siguieron, años
después, otras piezas de distintos modelos y calibres.
A comienzos de la década de los años ochenta se adquirieron sistemas
misilísticos Euromissile Roland 2, montajes dobles remolcados Breda/Bofors de
40/L70 mm, montajes bitubo IMI TCM-20 Mk.5 con cañones AA Oerlikon de 20 mm.,
y, sistemas de control de tiro Signal Flycatcher Mk1, radares móviles de baja
cota Elisra 2100H, entre otros medios. Con esos equipos se conformaron, al
menos, tres escuadrones de Artillería de Defensa
El 14 de diciembre de 1978, fue creado Comando de la Defensa Aérea como
órgano adscrito al Ministerio de la Defensa, y el cual, años después, fue
transferido a la Fuerza Aérea Venezolana, donde se le denominó Comando de
Operaciones de la Defensa Aérea (CODAI).
Además, entre 1982 y 1983, se gestionó la adquisición de, al menos, dos
aviones de alerta temprana, considerándose como primera opción el Northprop
Grumman E-2 Hawkeye, pero la compra no prosperó por una crisis financiera que
desembocó en 1983
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